
Escribe: Ljubica Vodanovic, socia de Vodanovic
En la cumbre de APEC en Cusco se desarrolló una sesión dedicada a las Finanzas Abiertas (Open Finance), un tema abordado por las 21 economías miembros por su rol transformacional en la industria financiera y su impacto en la innovación y la inclusión financiera. Tuve la oportunidad de moderar dicho panel y ahí se presentó el modelo de economía de las Interfaces de Programación de Aplicaciones (APIs) (“economía de APIs”), con el que operan los grandes bancos digitales globales, tales como los ingleses Revolut, Starling Bank y el alemán N26. Estas APIs permiten conectar o “enchufar” diversas plataformas digitales, generando distintos beneficios.
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¿Cómo funciona? Bajo dicho modelo, estos bancos digitales abren sus APIs y las integran con terceras empresas proveedoras de servicios especializados. Por ejemplo, para administrar las pensiones de sus clientes, gestionar sus seguros, mejorar sus préstamos hipotecarios y otros. Lo interesante es que, siendo bancos, estos servicios no los ofrece directa o únicamente el banco digital (Revolut, en el ejemplo), sino empresas especializadas a los que sus clientes acceden a través de la propia plataforma del banco. Así, el banco digital opera como un market place, que da el front para que sus clientes se mantengan fidelizados gracias a un abanico de productos y servicios digitales.
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¿Qué gana el banco digital? Además de los ingresos de los terceros proveedores de servicios (comisiones o revenue share), ganan en mayor data transaccional de sus clientes para poder mantenerlos fidelizados. ¿Qué ganan los terceros? Acceder a una plataforma de confianza, que les permitirá tener una mayor base de clientes, bajo una infraestructura regulada. Y el mayor beneficiado será el cliente pues tendrá más y mejores productos y servicios desde una sola App o plataforma.
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¿Qué necesitamos en Perú para que esto también sea posible? Primero, que los reguladores (BCR y SBS) trabajen de manera coordinada la ruta del Open Finance iniciando con estandarizar las APIs para que las plataformas puedan integrarse. Y luego con la parte regulatoria, para lo cual será importante tomar lo que funciona en países referentes y adaptarlas a nuestra realidad. Segundo, al sector privado (bancos y tecnológicas), le toca continuar su camino de transformación digital, invirtiendo en preparar sus tecnologías (APIs) para que sean abiertas y desarrollar sus capacidades para gestionarlas. Esto supone instaurar una cultura de colaboración con terceros, entendiendo que en el mundo de hoy no es eficiente hacerlo todo solo.
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El mercado es muy grande y es clave valerse de aliados confiables para potenciar productos y servicios y fidelizar a los clientes. Si un banco ya cuenta con la confianza de sus clientes, tiene el activo más preciado para empezar a armar este modelo que hoy revoluciona el sistema financiero.
