
Pedro Pablo Kuczynski
Expresidente de la República
El hecho de que el dólar sea de lejos la principal moneda para las transacciones internacionales, le permite a Estados Unidos emitir dólares sin el peligro de que se vaya a la bancarrota.
En la historia económica del comercio internacional, siempre ha habido una moneda principal para las transacciones. En el pasado era el oro, luego en el siglo XIX fue la libra esterlina y después de que terminó la primera guerra mundial en 1918, ha sido el dólar americano continuamente la principal moneda en transacciones internacionales.
Esta hegemonía se debe a razones prácticas, principalmente la imponente fuerza económica y bancaria de Estados Unidos y la fácil convertibilidad del dólar. Pero en los últimos meses ha surgido un cuestionamiento porque el dólar se ha devaluado en algo más del 10% en comparación con las principales monedas vigentes, tales como el Euro, o el Renminbi, la moneda china.
¿A qué se debe esta devaluación? Principalmente al hecho de que las tasas de interés en Estados Unidos son más bajas que las de países competidores. También, quizás, ha habido una preocupación creciente por el intento del gobierno de Donald Trump de poner aranceles altos de importación. Aunque al final los aranceles han sido más una amenaza que una realidad, la preocupación de los principales actores económicos mundiales ha repercutido en la devaluación.
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El hecho de que el dólar sea de lejos la principal moneda para las transacciones internacionales, le permite a Estados Unidos emitir dólares sin el peligro de que se vaya a la bancarrota. Lo contrario ocurrió aquí en el Perú a fines de la década de 1980, con la lluvia de “intis” que finalmente nos llevó a la bancarrota. Para Estados Unidos su moneda hegemónica implica responsabilidades: si no hay confianza, peligra el uso de la moneda hegemónica.
Un factor adicional en los cambios recientes en el mundo de las finanzas internacionales, ha sido el alza del precio del oro a niveles extraordinarios, hoy el precio internacional del oro está encima de US$ 3,300 por onza, un nivel nunca antes visto. Entre otras cosas, este altísimo nivel promueve no solo en el Perú, en otros países también, la minería aventurera y en algunos casos ilegal. Lo vemos hoy en Pataz y en diversos lugares de nuestra compleja geografía.
Hoy los bancos centrales son los grandes compradores de oro: el oro es fácilmente vendible, parece mantener su valor en términos reales, pero no genera ingresos como haría un depósito bancario. Por eso nuestro banco central no mantiene grandes reservas de oro. Pero mirando hacia el futuro, si continúa la incertidumbre política internacional actual, el oro probablemente siga subiendo, con lo cual habrá más compradores de oro. Hoy el oro representa el 20% de las reservas internacionales, pero es probable que ese interés aumente, sobre todo en los países con altas reservas, tales como China, Suiza y Europa.
Vivimos en un mundo lleno de incertidumbre. El dólar ha sido un ancla de estabilidad, pero ahora necesitamos una dosis de confianza en la moneda verde para que siga el orden comercial internacional, que tanto éxito tuvo en los últimos 60 años. Los beneficiarios no solo han sido los llamados países “emergentes”, como el Perú sino también el propio Estados Unidos, que ha podido financiar sus déficits de balanza de pagos y presupuestales con facilidad. Necesitamos estar seguros de que esta situación favorable no cambie drásticamente en el futuro cercano, porque de otra manera el mundo entero pasaría por una crisis compleja, en medio de un ambiente de virtual guerra en varios continentes.