
Escriben: Carlos E. Paredes y Pedro Guzmán G. de Intelfin Estudios y Consultoría
1. La semana pasada, Petroperú presentó los resultados del primer trimestre del 2025. Se registraron pérdidas por US$ 111 millones. Según el presidente del Directorio, este resultado se debió a la caída del precio –a pesar de que sus efectos aún no se han registrado totalmente en la contabilidad– y al cierre de puertos, es decir a factores exógenos y no a problemas de su gestión. “No hacemos milagros” señaló con la tranquilidad que parece darle el desconocimiento de la realidad. Llegó al extremo de afirmar que Petroperú se autofinancia y no recibe “ni un sol del presupuesto nacional”. Sin embargo, solo hace tres semanas la petrolera estatal había capitalizado S/ 6 mil millones de préstamos del Estado y el domingo pasado El Comercio resaltó en primera plana que el apoyo financiero estatal a Petroperú supera los S/ 24,000 millones.
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2. Frente a la cada vez más grave situación de la empresa y las desconcertantes declaraciones de sus directivos –quienes repetidamente han afirmado que la petrolera no requerirá de un nuevo rescate financiero–, el fin de semana pasado encuestamos a 20 exdirectivos (que han sido presidentes, directores y gerentes generales) de Petroperú. Los encuestados ocuparon puestos directivos en la empresa a lo largo de los últimos 22 años, bajo diez diferentes directorios, entre el 2003 y 2024.
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3. La encuesta incluyó ocho preguntas en torno a tres temas: (i) la calidad y transparencia de la gestión actual, liderada por los señores Alejandro Narváez y Óscar Vera, y la conveniencia o no de su continuidad; (ii) la sostenibilidad financiera de Petroperú, incluyendo la posibilidad de que se requiera un nuevo apoyo estatal este año; y (iii) ante la actual crisis, qué debemos hacer con Petroperú. Se puede acceder a los resultados en el siguiente enlace: https://goo.su/sQRhDDq
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4. Con respecto a la calidad de la gestión actual, el 95% de los encuestados la calificó como “muy mala” (65%) o “mala” (30%). Solo uno de los veinte encuestados la calificó como “regular”, mientras que ninguno opinó que se tratase de una buena gestión. En línea con esta evaluación, el 95% de los encuestados consideró que debe nombrarse un nuevo directorio; es decir, un rotundo “váyanse, ya”. Este segundo resultado no debe sorprender, pero no solo se explica por la deficiente gestión y resultados de la empresa, sino también por la marcada falta de transparencia. En efecto, el 75% de los exdirectivos considera como “nada transparente” a la actual gestión, mientras que el 25% la calificó como “poco transparente”. (Ninguno marcó la tercera opción: “transparente”).
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5. Con respecto a la sostenibilidad financiera de Petroperú, el 100% de los encuestados cree que requerirá de un nuevo apoyo financiero del Estado antes de fin de año. Este es un resultado inusual en cualquier encuesta y debe llamar profundamente la atención. El que todos los encuestados, gente informada y con experiencia al frente de Petroperú, considere que indefectiblemente la empresa nos volverá a pedir plata este año constituye una señal de alarma. Este resultado contradice lo repetidamente señalado por la actual administración de Petroperú –a la que cada vez resulta más difícil creerle algo– y también choca con los planes fiscales del Gobierno y las declaraciones de los ministros a cargo de la PCM, el MEF y el Minem. Pero “guerra avisada no mata gente”, dice el refrán.
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6. No sorprendentemente, existe menos consenso respecto a si dicho apoyo financiero debería materializarse o cómo debería autorizarse. Aunque el 40% considera que dicho financiamiento debería autorizarse mediante Decreto de Urgencia (DU), muchos de los que se inclinan por esta opción la consideran aceptable solo si se establece un marco riguroso, con indicadores y metas claras, y una supervisión efectiva por parte del Ejecutivo. Por otro lado, el 60% que se opone al uso del DU o a cualquier apoyo financiero sostienen que los DU se han convertido en salvatajes provisionales que no solucionan los problemas estructurales. Varios de los que así opinan, señalan que Petroperú debería ingresar a un proceso concursal como cualquier compañía en crisis, y consideran que aprobar un DU equivaldría a otorgarle un nuevo regalo a una empresa inviable.
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7. ¿Qué hacer con Petroperú? La actual administración nos ha demostrado que no podemos seguir haciendo más de lo mismo: “despilfarrando dinero en un barril sin fondo”. La mayoría de los encuestados coincide en que necesita una reestructuración integral, la cual podría incluir la escisión de unidades de negocio –en particular, el oleoducto– y la incorporación de ejecutivos de primer nivel. Algunos incluso sugieren declarar a la empresa en emergencia o insolvencia, como punto de inicio de una restructuración efectiva. Otros proponen incorporar capital privado a Petroperú, y mantener una participación estatal minoritaria. Los escépticos, que cada vez son más, consideran que sostener la empresa estatal es inviable y proponen liquidarla.
8. Esperamos que el Gobierno tome cartas en el asunto ahora y no espere a estar contra las cuerdas para volver a meternos la mano al bolsillo.