
Escribe: Rodrigo Cárdenas, FX Trader Associate de BBVA Perú
(25 de julio del 2025) En una economía abierta como la peruana, el tipo de cambio suele ser uno de los primeros indicadores en reaccionar ante cambios del entorno. No se trata solo de una referencia entre monedas, sino de una variable que condensa, en tiempo real, señales tanto externas —como las decisiones de la Reserva Federal, la data económica internacional o la evolución del precio de los metales— como internas, entre ellas el riesgo político, las expectativas de crecimiento, la confianza en el manejo fiscal y las expectativas de inflación.
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Factores globales que han debilitado al dólar
Durante el presente año, ambos factores han jugado a favor del sol peruano. En el ámbito internacional, se dieron una serie de eventos que contribuyeron a la depreciación del dólar:
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- El anuncio de tarifas comerciales por parte de Donald Trump, que, si bien generó preocupación sobre el impacto en el crecimiento económico global y posibles presiones inflacionarias, provocó que el mercado perdiera la confianza en EE. UU. como un socio comercial estable.
- La escalada del conflicto en Medio Oriente entre Israel e Irán, centrado en evitar que Irán desarrolle armamento nuclear. A diferencia de otras crisis geopolíticas, el dólar no actuó como activo refugio, desafiando el tradicional “fly to quality”.
- La baja credibilidad del proyecto de ley presupuestaria de Trump, que proponía recortes de impuestos y del gasto fiscal para reactivar la economía. El mercado reaccionó con escepticismo ante el riesgo de un mayor déficit, uno de los principales problemas estructurales de EE. UU., agravado recientemente por la rebaja crediticia de Moody’s, que citó el deterioro fiscal y el aumento de la deuda federal.
- Las amenazas de destitución contra Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, por no reducir las tasas de interés al 1 %, como sugirió Trump. Esto generó dudas sobre la independencia del banco central y aumentó la incertidumbre respecto a su sucesión.
- Datos económicos débiles en EE. UU., como un crecimiento más lento de lo esperado, PMI por debajo de 50 y una menor creación de empleo, especialmente en el sector privado, en comparación con años anteriores.
Fortalezas macroeconómicas del Perú
Por el lado local, los fundamentos macro son bastante sólidos. Tenemos una cuenta corriente positiva, donde resalta una balanza comercial en máximos históricos y un contexto muy favorable de términos de intercambio (precios del cobre, oro y plata cerca de máximos históricos), los cuales contribuyeron aún más a la apreciación del sol peruano; no obstante, el Banco Central ha intervenido de forma indirecta para contener la fuerte apreciación de la moneda local.
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En lo que va del año, el BCR ha tenido vencimientos de SCV por USD 19,300 millones, de los cuales renovó parcialmente un monto de USD 17,500 millones, principalmente a plazos de 3 y 6 meses, lo que implicó una tasa de renovación cercana al 90 %. Esto se traduce en una demanda indirecta de USD 1,800 millones en el mercado; no obstante, dicha demanda no fue suficiente para contrarrestar los fuertes flujos de oferta, en su mayoría provenientes de empresas corporativas, que alcanzaron aproximadamente USD 2,100 millones.
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Estos flujos se concentraron especialmente en los meses de abril y julio, impulsados por factores estacionales como mayores liquidaciones del sector exportador, cumplimiento de obligaciones fiscales, pago de utilidades, gratificaciones y amortización de deuda en moneda local.
Lo que puede venir para el sol peruano
En suma, la apreciación del sol durante el año no ha sido un fenómeno aislado, sino el resultado de un entorno internacional que debilitó al dólar y de fundamentos locales que siguen mostrando fortaleza. Sin embargo, el comportamiento del tipo de cambio también refleja un mercado sensible a los flujos y a las intervenciones del BCR.
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Lo que ocurra en el segundo semestre dependerá tanto de los recortes de tasas en EE. UU., la continuidad de políticas proteccionistas por parte de la administración Trump, la persistencia de flujos locales, como del inicio del ciclo electoral en Perú, con miras a las elecciones generales de 2026 —un proceso que podría comenzar a generar mayor incertidumbre política y presión sobre el tipo de cambio.
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Por nuestro lado, creemos que durante los próximos meses continuará la debilidad del dólar, no solo contra el sol peruano, sino también contra las monedas del G10 y las monedas emergentes. Esto, sumado a nuestro “view” constructivo sobre el sol, respaldado por los buenos fundamentos de Perú, haría que el USDPEN rompa el nivel de 3.53, el cual fue el mínimo nivel desde hace 5 años.