
Escribir: Pia Zevallos, gerente general de Libélula
En el entorno empresarial actual, la sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad estratégica. Las empresas que adoptan prácticas responsables no solo cumplen con regulaciones y expectativas sociales, sino que generan valor tangible y retornos financieros superiores. Medir el ROI en sostenibilidad es fundamental para transformar el negocio y asegurar su competitividad a largo plazo.
LEA TAMBIÉN: El BCR bajo fuego: cuando Petroperú y Defensa se vuelven expertos en economía
Cada vez existe más evidencia. Según el Instituto de Recursos Mundiales, en el sector alimentario, por cada dólar invertido en reducir el desperdicio, las empresas ahorran hasta siete dólares en costos operativos. Por otro lado, de acuerdo a LSEG (London Stock Exchange Group), pese a los cambios en el mercado, las empresas que ofrecen productos y servicios con beneficios ambientales representaron en el primer trimestre de este 2025 un total de $7.9 billones del mercado global. Es el cuarto sector más grande y en la última década solo tecnología ha crecido a un ritmo más acelerado.
LEA TAMBIÉN: PPK: “Falta de controles ha hecho que la minería de oro se vuelva la cueva de los ilegales”
Aunque algunas medidas recientes han frenado parcialmente su desarrollo, las proyecciones a largo plazo siguen apuntando a un crecimiento sólido, impulsado por la creciente presión climática, la conciencia del consumidor y los cambios regulatorios a nivel global. La economía verde no es una tendencia pasajera: es un espacio económico que no podemos dejar de lado.
LEA TAMBIÉN: El dólar bajo presión: ¿cambio de era o simple ajuste?
En el Perú, la presión regulatoria y creciente conciencia de los consumidores han acelerado la adopción de prácticas sostenibles. El 65% de los peruanos está dispuesto a pagar más por productos con atributos ambientales (Kantar IBOPE Media, 2024), lo que representa una clara oportunidad para diferenciarse y fidelizar clientes. Asimismo, el país enfrenta riesgos climáticos significativos, como inundaciones y sequías, que pueden afectar la continuidad operativa y los costos. Invertir en sostenibilidad permite mitigar estos riesgos, protegiendo el valor del negocio.
LEA TAMBIÉN: Estabilidad del tipo de cambio en julio: ¿A qué se debe?
Para calcular el ROI de la sostenibilidad las empresas deben, primero, cuantificar indicadores como ahorro energético, reducción de residuos o incremento de ingresos por productos sostenibles. Segundo, valorar intangibles, considerando la percepción de marca, satisfacción del cliente y oportunidades de “financiamiento verde”. Tercero, incorporar la información en los estados financieros y evaluar el impacto en la rentabilidad global del negocio.
LEA TAMBIÉN: El fantasma de la incertidumbre tributaria y la expropiación encubierta
La sostenibilidad no es solo una responsabilidad, sino una palanca de crecimiento y resiliencia. Medir su impacto con la misma rigurosidad que cualquier otra inversión estratégica permite generar valor, fortalecer la reputación y asegurar la viabilidad del negocio en un mercado cada vez más exigente.
LEA TAMBIÉN: Se viene la ola de denuncias de asociaciones de consumidores
¿Está tu empresa lista para medir y multiplicar el valor de cada sol invertido en sostenibilidad?