Escribe: Javier Albarracín, director del Centro de Tecnología y Transformación Digital de la Universidad Tecnológica del Perú.
Hay videojuegos que quedan grabados en los corazones de millones de personas. Desde mi posición como fundador y CEO de Inventarte.net, empresa creadora de diversos juegos como “Crazy Combi”, considero que este sector está lleno de momentos gratificantes y también de desafíos.
Entiendo que personas alejadas del mundo de los videojuegos pueden tener algunos prejuicios sobre los mismos. Sin embargo, quienes hemos estado inmersos en esta industria hemos podido aprender que el proceso de dominar un videojuego no sólo agudiza los reflejos, sino que también puede contribuir a mejorar habilidades de comunicación y relación con otros jugadores de la comunidad.
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Hoy, los videojuegos online, gracias a Internet, han forjado comunidades de millones de usuarios. Por ejemplo, el número de usuarios registrados en “Fortnite” supera los 400 millones y en una sola hora puede haber 3 millones de jugadores concurrentes. Integrarse en alguna de estas comunidades implica involucrarse en múltiples dinámicas sociales.
¿Qué habilidades mejoran los videojuegos?
Las dinámicas sociales que ocurren en estos grupos potencian habilidades blandas fundamentales. Por ejemplo, se aprende a negociar (algo que se practica en el juego con un clan rival). Además, resolver conflictos dentro de una alianza mejora la inteligencia emocional; y ganarse la lealtad de los miembros durante meses requiere confianza y visión a largo plazo.
En poco más de tres décadas, los videojuegos han evolucionado. De ser un simple pasatiempo se han convertido en herramientas que entrenan habilidades en personas de todas las edades alrededor del mundo.
Entre las habilidades relacionadas con el liderazgo que se pueden desarrollar en los videojuegos, destacan:
- Toma de decisiones bajo presión: Los videojuegos exigen decisiones rápidas con información limitada, una habilidad crucial para cualquier líder.
- Trabajo en equipo y colaboración: Los juegos en línea fomentan la colaboración remota y la valoración de las fortalezas de cada integrante.
- Pensamiento estratégico y creativo: Adaptarse y encontrar soluciones creativas frente a rivales impredecibles es esencial.
- Aprendizaje continuo: Dominar un videojuego moderno implica un ciclo constante de aprendizaje y adaptación, reflejando la disciplina necesaria para sobresalir en cualquier campo profesional.
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Sin duda, los beneficios de los videojuegos van mucho más allá del entretenimiento. En una era donde las habilidades blandas son más demandadas, estos también pueden formar parte de la preparación de nuevos líderes, emprendedores y agentes de cambio. Es así que grandes fundadores de empresas y CEOs son también gamers apasionados.
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