Con la llegada del cambio de estación, el incremento de la humedad y las variaciones de temperatura generan condiciones propicias para la proliferación de alérgenos como los ácaros y el moho, presentes sobre todo en espacios cerrados o húmedos, como los baños y habitaciones con poca ventilación. Esto puede provocar reacciones alérgicas, muchas veces con impacto directo en los ojos.
Según el Dr. César Bernilla Fernández, oftalmólogo de Oftalmosalud, una alergia es una respuesta del sistema inmunológico ante un agente externo que, en realidad, no representa una amenaza para la salud.
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“Cuando la alergia empieza a afectar nuestros ojos comenzamos a sentir picazón, irritación, lagrimeo, ojo rojo, fluctuación visual entre otros. Lo importante es no tocarse los ojos, ya que esto estimula a unas células llamadas mastocitos se activan e incrementan los síntomas”, precisó el doctor Bernilla.
Consejos para cuidar tus ojos
Al más mínimo malestar, es recomendable no tocarse los ojos, ya que esto puede estimular las células que incrementan los síntomas. En ese sentido el especialista recomienda buscar atención médica si los síntomas persisten o empeoran, ya que un tratamiento adecuado puede ayudar a aliviarlos y prevenir complicaciones.
La evaluación la realiza un oftalmólogo haciendo algunas preguntas y una revisión de los ojos. El diagnóstico habitual en estos casos es “conjuntivitis alérgica”. No debemos confundir la palabra “conjuntivitis” con una infección, ya que llevan el nombre por la afectación a la conjuntiva parte interna del ojo.
La clave en el tratamiento de las conjuntivitis alérgicas, es identificar al alergeno y evitar o limitar el contacto con él. Si no se sabe cuál es, se debe acudir también a un especialista de alergias.
El tratamiento con gotas o pastillas que brinda el oftalmólogo es solo para calmar la sintomatología. Lo más importante es identificar al alergeno si queremos tener la cura adecuada.
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Recomendaciones para el hogar
La limpieza del entorno doméstico es clave para mitigar los efectos de las alergias oculares. Algunas recomendaciones incluyen:
