Mañana serán 17 años del devastador terremoto en Pisco; el silencio sísmico sigue siendo una amenaza para las ciudades donde las construcciones informales predominan. Esta preocupación se extiende a otras regiones. En este escenario, los seguros de vivienda se presentan como una opción para proteger a las familias frente a desastres naturales. ¿Es suficiente la cobertura que ofrecen las aseguradoras?
Aunque el Perú está ubicado en el denominado “cinturón de fuego del Pacífico”, una zona conocida por su alta actividad sísmica y volcánica, solo 3 de cada 100 viviendas en el país están aseguradas contra terremotos, señaló en diálogo con Gestión, Eduardo Chávez, gerente legal de la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg).
“Un porcentaje que está estacionado hace muchos años es del 3.3% a nivel nacional. En las zonas urbanas la cifra de viviendas aseguradas se incrementa ligeramente al 4.9%”, indicó.
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Situación actual y cobertura
Un terremoto de gran magnitud podría registrarse en cualquier momento, principalmente en la zona costera de Lima, Moquegua y Tacna, ya que existe una acumulación de deformación desde hace 278 años, según el Instituto Geofísico del Perú (IGP).
No obstante, el interés en la contratación de pólizas de seguro contra desastres naturales sigue siendo bajo, con un avance lento en los últimos años.
El representante de Apeseg detalló que al contratar un seguro de hogar se considera si este es para una vivienda o un departamento.
“Cualquier vivienda es asegurable, en la medida que -en su construcción- se hayan tenido en cuenta las normas técnicas. Los departamentos se aseguran a valor comercial, mientras las casas puerta a calle se aseguran a valor de reconstrucción”, precisó.
En esa línea, resaltó que existe la posibilidad de asegurar un departamento a valor de reconstrucción, siempre y cuando, todo el edificio esté asegurado de esta manera.
“He visto algunos casos en los que la junta de propietarios se organiza y contrata un seguro contra sismos, el contratante es la administración y el monto se incluye en la cuota del mantenimiento mensual”, añadió.
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Costos y tendencia
Eduardo Chávez sostuvo que asegurar una casa o un departamento contra desastres naturales resulta económico, ya que la tasa es relativamente baja en comparación con el costo potencial de los daños.
Por ejemplo, para una casa con un valor de US$ 100,000, el costo del seguro por año se encuentra alrededor de los US$ 200, dependiendo de la política comercial de cada compañía y la composición de su cartera.
“Estamos hablando de una tasa de 0.2%. Al dividir esos US$ 200 entre 12 meses, el costo de asegurar una vivienda se reduce a US$ 17 dólares mensuales. Es decir, alrededor de S/ 60 al mes para proteger tu activo más importante”, enfatizó.
De otro lado, resaltó que, del total de seguros contratados, el 88% está asociado a créditos hipotecarios. Por lo que, teniendo en cuenta el desarrollo inmobiliario en las zonas urbanas y el crecimiento de este tipo de préstamos, se prevé un aumento en las contrataciones de seguros contra desastres naturales a medida que más personas adquieran propiedades y busquen proteger su inversión.
Además, considerando que solo el 12% de los seguros han sido contratados de manera voluntaria, Eduardo Chávez destacó la amplia oportunidad de crecimiento que tienen las aseguradoras en el mercado para expandir la cobertura a más casas y departamentos frente a riesgos sísmicos y otros eventos naturales.
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Riesgo sísmico y construcciones informales
El ingeniero Jorge Alva Hurtado, representante del capítulo de Ingeniería Civil del CIP CDLIMA, sostuvo que la aceleración sísmica ha mostrado un incremento notable de acuerdo a estudios recientes. Por ello, indicó que se deben actualizar las normas de diseño sísmico para asegurar que las edificaciones puedan resistir movimientos telúricos más intensos y reducir el riesgo de colapsos de estructuras.
Además del riesgo sísmico, un gran porcentaje de edificaciones en Lima se construye sin el debido estudio de suelo ni los estándares de calidad necesarios, utilizando materiales inadecuados y omitiendo elementos esenciales de refuerzo estructural. Esta práctica incrementa significativamente la vulnerabilidad de las construcciones frente a eventos sísmicos.
“Con edificaciones sin resistencia sísmica, que no tienen columnas, vigas y utilizan ladrillos de pandereta, etc, el desastre sería muy grande”, advirtió.
Es por ello que, instó a las autoridades competentes a fortalecer la aplicación de normas y asegurar que las construcciones respeten los estándares sísmicos para minimizar el impacto de futuros sismos.
Periodista. Bachiller en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en prensa digital y TV.
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