
El exministro de Comercio Exterior y Turismo, Edgar Vásquez, cuestionó la intención del gobernador regional del Cusco, Werner Salcedo, de asumir la administración total de Machu Picchu, al considerar que una medida de ese tipo sería perjudicial para la conservación y gestión del santuario.
“Sería un error (trasladar la administración directamente al Gobierno Regional del Cusco). La problemática de Machu Picchu es tan compleja que requiere un abordaje técnico y una gobernanza más clara”, advirtió Vásquez en diálogo con Cuentas Claras, de Canal N.
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Según el exministro, el pedido de Salcedo responde más a una motivación política que a una visión técnica. “El gobernador actual cuántos años lleva en el cargo y no se le escuchó decir nada hasta ahora, entrando ya a la etapa electoral, donde no sabemos si va a postular a algún cargo. No hay que ser inocentes”, señaló.
Vásquez recordó que Machu Picchu, más allá de su valor local, tiene un carácter universal y pertenece a la humanidad. “Nuestros hermanos cusqueños, por herencia y tradición, sienten que deberían administrarlo, pero Machu Picchu es de la humanidad, del Perú y del mundo”, enfatizó.
Una gobernanza que no funciona
El exministro explicó que actualmente el santuario es administrado por la Unidad de Gestión de Machu Picchu (UGM), conformada por los ministerios de Cultura, Comercio Exterior y Turismo, Medio Ambiente, el Gobierno Regional del Cusco y la Municipalidad de Machu Picchu. Sin embargo, reconoció que este órgano no cumple su rol de coordinación efectiva.
“El problema es que se reúne muy poco. El gobernador debería tener el liderazgo para convocar, pero nuevamente, a corte nacional, por supuesto es el ministro de Cultura, junto con sus otros pares, quienes tienen una responsabilidad sobre ello”, sostuvo.

En ese sentido, Vásquez cuestionó el desempeño del actual ministro de Cultura, Fabricio Valencia, por no haber asumido un liderazgo más firme frente a la crisis.
“Se ha permitido que esta situación llegue a un extremo y se vuelva repetitiva. Machu Picchu ya ha enfrentado varios episodios de conflicto y, como autoridad nacional, el ministro de Cultura tiene la responsabilidad directa de poder coordinar, resolver y adelantarse a cualquier problemática”, apuntó.
Presiones locales y manejo del entorno
Consultado sobre las denuncias de que pequeñas mafias operan en torno al santuario, Vásquez matizó que el sitio arqueológico en sí no está capturado, pero sí existe desorden en su entorno.
“El sitio como tal no está secuestrado, pero todo lo que lo rodea —cómo se accede, la venta de entradas, los servicios en Machu Picchu Pueblo— sí”, explicó.
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A su juicio, el desarrollo de la zona debería centrarse en ofrecer alternativas turísticas sostenibles, que generen valor para la comunidad sin comprometer el patrimonio.
“La solución no es obligar al turista, sino darle alternativas para quedarse más tiempo, porque realmente hay mucho que hacer en el espacio y no está siendo aprovechado”, señaló.