
El registro oficial de obsequios recibidos por la presidenta Dina Boluarte ha vuelto a colocar en la agenda pública el debate sobre los límites entre la cortesía diplomática y la ética en el ejercicio del poder. Según el programa Punto Final, los presentes van desde regalos protocolares hasta artículos de lujo valorizados en miles de dólares, como una réplica de la estatua de bronce de Sanxingdui, sets de cosméticos coreanos y perfumes exclusivos de Dior.
Ante estas revelaciones, el excontralor de la República, Fuad Khoury, sostuvo que los altos funcionarios deben dar el ejemplo en materia de transparencia. “Nadie en un puesto de importancia puede recibir los regalos. Siempre hay un interés detrás que hay que evitar, hay que evitar la suspicacia. Un regalo significa un compromiso, y ese compromiso genera un conflicto de interés en la posición en que te encuentras”, afirmó en diálogo con Cuentas Claras, de Canal N.
Khoury recordó que, a nivel internacional, existen estándares que restringen este tipo de beneficios, permitiendo únicamente detalles menores de bajo valor, usualmente no superiores a los US$50. “No hay directiva que esté por encima de los códigos de ética y de la buena conducta”, subrayó.
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Gastos de Morgan Quero con la caja chica
El excontralor también cuestionó el manejo de los gastos menores en el Ministerio de Educación, revelados por Cuarto Poder. El informe periodístico mostró que, desde la llegada de Morgan Quero al despacho en abril de 2024, se realizaron adquisiciones con cargo a la caja chica que superan los S/9,000, incluyendo camisas, blusas, galletas, aceite de oliva, pimienta negra y papel higiénico.
Para Khoury, este uso constituye una irregularidad. “La caja chica no es un sueldo más. No puedes comprarte cosas de allí para uno. Es ilegal e irregular. Si eso es verdad, estamos ante una apropiación de fondos del Estado para uso personal”, indicó.

Según el excontralor, este tipo de casos trascienden los montos y evidencian la pérdida de institucionalidad. “Si eso lo permite la administración del ministerio, por tanto, se ha normalizado. Lo peor de todo es que se está generando una corriente de que uno puede hacer lo que le da la gana con la plata del Estado”, advirtió.
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Khoury concluyó que tanto la recepción de obsequios de lujo como el uso indebido de fondos menores debilitan la confianza ciudadana en las autoridades. “Imagínate qué pensará la gente a pie que tiene que salir todos los días a ganarse el sueldo con el sudor de su frente para que vea a sus autoridades recibir regalos de 10 mil dólares, cosméticos de 20 mil dólares. Causa indignación“, puntualizó.