La minería ilegal está redirigiendo la trayectoria de los jóvenes peruanos, incitándolos a dejar su educación a cambio de grandes recompensas económicas inmediatas, se afirmó este jueves durante la presentación del trigésimo sexto reporte del Observatorio de Conflictos Mineros (OCM) en Perú.
Pese a haber disminuido en nueve casos, hasta ser 143 conflictos sociales en el país este año, respecto del anterior, el OCM reportó que Perú sufre la rápida expansión de la Minería Artesanal y en Pequeña Escala (MAPE) en todo su territorio.
“Genera ingresos muy por encima de lo que los jóvenes podrían ganar en otras cosas”, expresó el investigador en minería ilegal e informal Daniel Hernando.
Las concesiones mineras formales ocupan actualmente 19.9 millones de hectáreas del país, un 15.51% del territorio nacional, suponiendo en algunas regiones, como el departamento sureño de Apurímac o el norteño de La Libertad la ocupación de más del 50% de su territorio por concesiones mineras.
LEA TAMBIÉN: Minería ilegal: ¿qué aspectos regirán la mesa de trabajo de formalización de 60 días?
A pesar de que estos espacios han sido concedidos legalmente, explicó Hernando, son muchos los que presentan actividad informal, en la que los jóvenes, priorizando los ingresos que ofrecen las explotaciones, muy por encima de cualquier alternativa en sus regiones, deciden trabajar y dejan a un lado su desarrollo educativo y obvian el peligro a su salud.
Esta “introducción prematura”, supone en muchos casos un cambio de referentes, casos de violencia, problemas de bebida o falta de educación, en zonas que de por sí sufren una situación vulnerable, indicó el investigador.
“La minería ilegal da una solución a corto plazo en un contexto con oportunidades muy reducidas”, acusó.
De la mano de la minería informal, otras actividades ilegales como la pesca ilegal, las plantaciones de hoja de coca y el crimen organizado, aparecen en estas zonas, ya que “las actividades ilícitas llaman a otras actividades ilícitas”, apuntó Hernando.
