
El último 4 de diciembre, el Pleno del Congreso aprobó la Ley de cuidados paliativos, con la cual se busca proteger a las personas con enfermedades terminales. La medida fue respaldada solo en primera votación y recibió la oposición de Renovación Popular, quienes alegan que esta norma encubre la legalización de la eutanasia.
Incluso la bancada de Rafael López Aliaga ha presentado, a través de Esdras Medina Minaya, la reconsideración a la primera votación de estos proyectos que dan cuerpo a la Ley de cuidados paliativos.
“Esta norma, bajo la fachada del “rechazo voluntario de tratamientos fútiles”, pretende abrir silenciosamente la puerta a la eutanasia. ¡La vida no se negocia!”, alegó en X el legislador Alejandro Muñante (RP).
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¿Qué cambios trae la Ley de cuidados paliativos?
La doctora Carla Zapata, presidenta de la Asociación Médica Peruana de Cuidados Paliativos, comenta a Gestión que esta atención integral tiene como objetivo aliviar el sufrimiento relacionado con enfermedades graves, desde diversas aristas: el dolor y síntomas físicos, así como los golpes emocionales, sociales y espirituales durante todo el proceso.
“Su propósito es mejorar la calidad de vida, no adelantar ni retrasar la muerte (...) Estamos atrasados: más de 159,000 mil peruanos mueren cada año en situación de sufrimiento. Ayudar a morir dignamente no es eutanasia”, relata.

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Entre las principales causas de muerte dolorosa se encuentran:
- Cirrosis hepática avanzada
- Insuficiencia renal terminal
- Demencias (Alzheimer y otras)
- Enfermedades neurodegenerativas (ELA, Parkinson avanzado)
- Insuficiencia cardíaca terminal
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) avanzada
- Enfermedades oncológicas
- Enfermedades pediátricas congénitas
En esa línea, la dra. Virginia Garaycochea, vicedecana del Colegio Médico del Perú, refiere también que Perú solo tiene 29 equipos especializados en cuidados paliativos: menos de un servicio por cada 100 mil habitantes, muy lejos de los 2 equipos por cada 100,000 personas que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Esto se traduce en una atención deficitaria por la escasa administración de fármacos y lineamientos, prolongado año tras año por “la falta de un marco normativo sólido”.
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Según el dictamen, todas las instituciones prestadoras de servicios de salud y de fondos de aseguramiento —sean públicas o privadas— tendrán que articular una serie de servicios para aliviar el dolor de los pacientes con males terminales, incurables, degenerativos o irreversibles.

De aprobarse el dictamen de la Ley de cuidados paliativos, los establecimientos tendrán:
- Acceso a un presupuesto exclusivo para estos servicios, inexistente a la fecha.
- Obligaciones claras para garantizar el abastecimiento de opioides médicos como la morfina y fármacos esenciales como bromuro de hioscina, midazolam, diazepam y haloperidol, a fin de controlar las náuseas, disneas (sensación de asfixia) o episodios psicóticos.
- Su alcance debe ser nacional para que los doctores destacados en comunidades rurales muy alejadas puedan garantizar la calidad de vida de sus pacientes.
- Formación estructural desde el pregrado para atender el déficit formativo.
Por esta razón no se relaciona con la eutanasia
La abogada Josefina Miró Quesada Gayoso explicó en X que los cuidados paliativos son un pendiente necesario y que no aceleran la muerte; y más bien, se enfocan en aliviar el sufrimiento al final de la vida.
“Su enfoque es integral y también es una forma de morir dignamente”, agrega.
La dra. Zapata recuerda que la Ley de cuidados paliativos no se enfoca solo en pacientes terminales, sino que aplica a aquellos a los que se le detectan enfermedades graves, como un cáncer o infartos cerebrales, por el impacto emocional.
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“Podemos ayudarlos a organizar a su familia para que no sea tan tedioso como lo es porque desde que se le da el diagnóstico se compromete su calidad de vida por el golpe psicológico o social (...) La gente con los conceptos que tiene le da miedo acercarse a cuidados paliativos. Creer que es como la eutanasia solo aleja más a los pacientes”, concluye.








