
La criminalidad en el país sigue campeando a sus anchas y expandiéndose, sin una respuesta clara de las autoridades. Así lo revelan las cifras, no solo de los lamentables homicidios, sino de los ataques que, aunque no tienen un desenlace fatal, terminan afectando el patrimonio de los ciudadanos, ¿qué muestran las estadísticas?
Según el cuarto reporte del Observatorio del Crimen y la Violencia del Banco de Ideas Credicorp y el BCP, en alianza con Capital Humano y Social, algo más de 3.5 millones de personas fue víctima de robo al pagar, retirar o transportar dinero en los últimos tres meses.
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“Aún tenemos un sector informal muy grande en el país que de alguna manera también maneja cuentas bancarias. Un informal no está impedido de tener una cuenta de ahorro. Entonces, esa persona maneja mucho efectivo, y lo va a canalizar por el sector financiero”, sostuvo Ricardo Valdés, coautor del informe y exviceministro del Interior.
El experto refirió que este sector informal corresponde muchas veces a microempresarios que realizan sus ventas y compras en efectivo, pese a tener una cuenta en el sistema.
Educación financiera
En tal sentido, consideró que las entidades financieras deberían trabajar por mejorar la información que brindan a los usuarios, de manera que ellos puedan comenzar a emplear más alternativas virtuales como Plin o Yape.
“Es preferible que la gente se acostumbre a hacer transferencias y no salgan con dinero al banco”, afirmó.
La incidencia de esta clase de robo en el traslado de dinero es mayor en Lima (21%).
El nivel socioeconómico A/B ha sido el más afectado, a su vez, con el 22%, y el sector D/E el menos perjudicado, con 15%.
Por su parte, Carlos Casas, economista de la Universidad del Pacífico, coincidió en señalar que es importante mejorar la educación financiera. Sin embargo, también puso énfasis en que están aumentando los ciberataques, por lo que el uso de aplicaciones móviles no implica que los peruanos estarán libres de los delincuentes.
Inversión en seguridad
Otro dato resaltante del referido informe es que cuatro de cada 10 peruanos no efectuaron ningún tipo de inversión para mejorar su seguridad. Así, es notoria la brecha entre el segmento socioeconómico A/B donde ocho de 10 sí destinaron recursos para este fin, mientras que en el D/E más de la mitad de personas no lo pudieron hacer.
“El delincuente va a buscar obviamente lugares donde no pueda ser detenido, donde no pueda encontrar resistencia. Entonces, (al no poder invertir en seguridad), se incrementa la vulnerabilidad de dicho segmento (D/E)”, refirió Valdés.
En la misma línea, Casas sostuvo que la delincuencia es “regresiva”, es decir, afecta más a las personas de menores ingresos. Los individuos de mayor patrimonio pueden adquirir, por ejemplo, seguros contra robos, por lo que poseen un mayor resguardo en caso de ser víctimas de los delincuentes. “Se genera un círculo vicioso”, dijo.
Del grupo que ha invertido en mayor seguridad en sus viviendas, el 60% de los encuestados lo hizo para reforzar puertas, ventanas o cerraduras (19%); instalar cámaras de seguridad (16%); y vigilancia ciudadana (11%), refiere el reporte.

Elecciones y violencia
El panorama para los encuestados no se ve alentador. El 78% de los peruanos considera probable que el dinero de economías criminales influya en los resultados de las elecciones del 2026. Ese porcentaje es mayor en Lima, donde llega al 84%.
En contraste, solo el 11% de los encuestados estima que el próximo Gobierno logrará mejorar la seguridad, mientras que el 46% teme que la situación empeore, y el 35% prevé que la inseguridad se mantendrá igual.
Además, dos tercios de los peruanos (67%) considera que la violencia electoral que se ha visto en otros países podría replicarse en el Perú. Recientemente, un precandidato presidencial en Colombia, Miguel Uribe Turbay, falleció tras ser atacado por un adolescente. En Ecuador se vivió un episodio similar con el asesinato del candidato Fernando Villavicencio en diciembre del 2023.

Extorsiones
Las cifras de la delincuencia son más que preocupantes, puntualiza el estudio. Así, el promedio diario de denuncias por extorsiones se ha incrementado en alrededor de 2,000% en los últimos siete años, y subió de 3.2 a 75.6 de junio del 2018 a junio del 2025.
Sin embargo, en el mismo periodo, el número de encarcelados por extorsión solo se incrementó en 32.
Los altos niveles de delincuencia, acompañados por mayor violencia, han llevado, en particular, a los afectados transportistas a exigir una solución a las autoridades. De acuerdo con el referido informe, la mayor parte de las víctimas de crímenes violentos se desempeñan como transportistas en sus múltiples variantes. A su vez, son abrumadoramente hombres (aproximadamente 9 de cada 10), y en su mayoría jóvenes entre 18 y 30 años de los niveles socioeconómicos C y D.
Sin embargo, el hecho de que 133 mujeres en el año hayan sido asesinadas por razones ajenas a su condición de mujer constituye un dato relevante, alerta el BCP.
Otro dato de relevancia es que la mayor tasa de homicidios por cada 10,000 habitantes se da en distritos donde se desarrolla la minería ilegal, como Pataz en La Libertad (24.7), seguido por Ananaea en Puno (19.5).
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Microempresarios usan Yape, pero no dejan el efectivo
Si bien las aplicaciones bancarias, en particular, Yape, son cada vez más usadas, ello no significa que los titulares de sus cuentas no trasladen efectivo, exponiéndose a los criminales.
“Por ejemplo, en el caso de un verdulero, ese tipo de negocios implica demasiado efectivo. Entonces, el Yape me ayuda para no guardar plata (el efectivo) en mi puesto. Todo el mundo (los clientes) me van yapeando y al final del día saco el dinero y lo uso para comprar verduras en el mercado mayorista que se mueve básicamente también con efectivo”, señaló Carlos Casas, de la UP.
El catedrático advirtió que incluso el Yape puede ser empleado por los delincuentes para recibir pagos de las víctimas a las que extorsionan.
“Yo puedo tener a 20 personas que me depositan, por ejemplo, S/ 900 soles en mi cuenta cada día. Es decir, la aplicación sirve como mecanismo para recolectar la plata”, indicó.
“Para combatir la delincuencia hay que seguir el rastro del dinero para saber quiénes son los beneficiarios finales, eso es clave”, añadió.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.