
La creciente criminalidad que asedia al país en sus diferentes modalidades como extorsión y sicariato no solo lleva a cuestas una gran cantidad de vidas.
Según una reciente encuesta de Ipsos, el 23% de los peruanos, es decir, uno de cada cuatro, afirma que su economía ha sido afectada por el crimen organizado en los últimos tres meses. Así lo revela el segundo Reporte del Observatorio del Crimen y la Violencia, iniciativa del BCP y la consultora CHS Capital Humano y Social, ¿cómo entender estos resultados?
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Carlos Casas, profesor de la Universidad del Pacífico, explicó que el impacto de la inseguridad ciudadana se refleja de varias formas. Por un lado, un mayor gasto, sea porque la persona directamente es víctima de la delincuencia o porque deben invertir más en protegerse por su cuenta.
Los cupos se convierten, además, en un “impuesto” adicional que las empresas, especialmente las mypes, deben pagar a los delincuentes para seguir operando.
“Los negocios pequeños están empezando a capitalizarse, y la extorsión les resta recursos para poder invertir y crecer”, añadió.
Otro efecto colateral de la delincuencia es el menor consumo, pues ante la sensación de mayor inseguridad las personas preferirán acudir menos a lugares públicos.
“Si todo se generalizara mucho más, eso podría llegar a como era la época del terrorismo donde nadie iba al cine, nadie salía a un restaurante”, enfatizó Casas.
Cabezas de familia son víctimas del crimen
El grupo más afectado por la criminalidad, de acuerdo con Ipsos, son los mayores de 25 años (50%), y particularmente –dentro de ese conjunto– aquellos con edades superiores a 42 años (26%); es decir, se da entre las personas que son muy probablemente cabezas de familia.
“Ellos (los mayores de 42 años) están en una edad donde se han consolidado (económicamente) y por eso son candidatos a ser extorsionados”, remarcó Casas.
Al observar por estrato socioeconómico, los más impactados son los peruanos de clase media, es decir, nivel B (29%) y C (26%), seguido por el D (24%). Por el contrario, los menos vulnerados están en el nivel A (7%).

Tiroteos y creciente inseguridad ciudadana
A nivel nacional, según Ipsos, el 21% de la población ha recibido o conoce a alguien que ha sido víctima de amenazas o extorsiones recientes. En Lima, el porcentaje sube a 27%.
Asimismo, el 23% de la población ha presenciado o conoce a alguien que ha estado cerca de un tiroteo callejero recientemente. Lima concentra el 38% de los casos.
“Honestamente, pensábamos que podía salir 5% o 6% (y no 23%). Entonces, es muy impresionante esta respuesta y da cuenta del clima en que vive la mayor parte de la población”, recalcó Carlos Basombrío, investigador en temas de seguridad y exministro del Interior.

Decisiones financieras cambian por el crimen
De acuerdo con la encuesta, el 81% de los peruanos afirma que la inseguridad influye algo o mucho en sus decisiones financieras, como el uso de cajeros o el manejo del efectivo. En Lima el porcentaje se eleva al 90%.
“La gente empieza a usar más Plin y Yabcppe, y todos los canales digitales. Las billeteras electrónicas han facilitado mucho la vida de la gente”, resaltó Ricardo Valdés, gerente general de CHS.
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Extorsión queda impune
Entre agosto y noviembre del 2024, solo se encarcelaron a 47 personas por extorsión, lo que refleja una falta de coordinación entre la PNP, Ministerio Público y Poder Judicial, y evidencia que este delito sigue quedando “prácticamente impune”, señalan BCP y la consultora CHS.
El referido informe enfatiza que en ninguno de los distritos analizados se llega el estándar sugerido por la ONU de al menos un policía por cada 300 habitantes. En Miraflores, que tiene indicador más alto, se alcanza 0.68 (policías por cada 300 habitantes), mientras que al otro extremo, en El Porvenir, Trujillo, solo se llega a 0.18.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.