
La preocupación por el futuro financiero está en aumento entre los peruanos. De acuerdo a un estudio de Ipsos Perú, más del 60% de los hogares declara preocupación por no estar ahorrando lo suficiente para cubrir emergencias o proyectos futuros. Esta realidad contrasta con la baja bancarización: apenas el 52% de los adultos utiliza servicios financieros formales, de acuerdo con datos del Banco Mundial. En este escenario, la educación financiera y la planificación se vuelven esenciales.
“Proteger el ahorro no depende solo de cuánto se gana, sino de cómo se organiza el dinero de forma inteligente. Lo fundamental es que cada persona tenga claridad sobre sus prioridades y se discipline en el uso de sus recursos. El error más común es pensar que solo quienes tienen ingresos altos pueden ahorrar, cuando en realidad la planificación es lo que marca la diferencia”, sostiene Gonzalo Loayza, CIO de Goal Capital.
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“Desde separar un monto fijo al inicio de cada mes hasta revisar los gastos invisibles, las decisiones pequeñas tienen un gran impacto a largo plazo”, agrega.

Entre las prácticas que recomienda para cuidar el poder adquisitivo y dar estabilidad al presupuesto familiar, destacan:
- Automatizar el ahorro: apartar una parte de los ingresos apenas llega el sueldo es una práctica que facilita la disciplina. Gonzalo Loayza recomienda establecer un porcentaje fijo y usar herramientas digitales que transfieran el dinero directamente a una cuenta de ahorro.
- Construir un fondo de emergencia accesible: este colchón permite enfrentar gastos imprevistos —como una reparación del hogar o una urgencia médica— sin necesidad de endeudarse. “El secreto está en separar esos recursos en una cuenta distinta. Separar tus ahorros en otra entidad bancaria reduce la tentación de usarlos”, afirma.
- Controlar los gastos invisibles: los llamados “gastos hormiga” —pequeñas compras diarias de bajo monto— pueden representar hasta un 15 % del ingreso mensual. Para enfrentarlos, sugiere aplicar la regla 50/30/20, que distribuye el presupuesto en necesidades, deseos y ahorro, o utilizar el “método de las 24 horas” para frenar compras impulsivas.
- Optimizar servicios y renegociar contratos: revisar de forma periódica lo que se paga en seguros, telefonía, internet o membresías puede liberar recursos importantes. Gonzalo Loayza recomienda solicitar mejores condiciones a los proveedores o migrar a planes más ajustados.
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“Ahorrar no significa privarse, sino organizarse mejor. Muchas veces se cree que ahorrar es sinónimo de restringirse o dejar de disfrutar, pero en realidad se trata de encontrar un equilibrio entre el presente y el futuro. Con hábitos simples y sostenidos en el tiempo, cualquier persona puede proteger su dinero y asegurarse un futuro más tranquilo, sin importar el nivel de ingreso”, concluye Loayza.








