
La idea de independizarse ya no pasa por buscar roommates ni pagar un alquiler cada mes. Una nueva generación de jóvenes peruanos está dando un salto directo hacia la propiedad, impulsada por cuotas hipotecarias competitivas, bonos estatales y una mentalidad financiera más orientada al patrimonio.
Inmobiliarias coinciden en que este cambio cultural se está acelerando. Pero, además, especialistas legales advierten que el entusiasmo debe ir acompañado de precauciones.
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Un giro generacional: de los 30 a los 23 años
Albamar Grupo Inmobiliario señaló a Gestión que esta transformación ya es visible.
“Hoy los jóvenes priorizan invertir en algo propio. Ven el alquiler como un gasto mensual sin retorno, mientras que la compra representa construir patrimonio”, explica Eduardo Rondón, jefe de Marketing.
Agrega que muchos de sus compradores -entre 27 y 35 años- descubren que la cuota hipotecaria puede ser igual o menor que un alquiler en Lima Moderna por los créditos de MiVivienda y tasas bajo el 9%.
Una tendencia similar observa Iván Baquerizo, gerente comercial de Barqueros Inmobiliaria, quien afirma que la edad del comprador primerizo se ha reducido drásticamente.
“Hemos notado un crecimiento importante de jóvenes desde los 23 años. Muchos llegan buscando independencia, pero también con visión de inversión”, aseguró a este diario.
En varios casos, compran para alquilar inicialmente y luego mudarse cuando mejore su capacidad económica.
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Departamentos pequeños, funcionales y con áreas comunes modernas
El perfil del nuevo comprador es claro: digital, analítico y con expectativas muy concretas. Rondón señala que los departamentos más demandados oscilan entre 34 metros cuadrados y 60 metros cuadrados, con precios entre S/ 200 mil y S/ 362 mil, en distritos con buena conectividad como San Miguel, Surquillo, Jesús María y Lince.
Baquerizo coincide y describe que su público joven busca “departamentos funcionales de 1 o 2 dormitorios, entre 40 metros cuadrados y 55 metros cuadrados, bien distribuidos y con áreas comunes modernas”.
La posibilidad de alquiler futuro también pesa en la decisión, como parte de una estrategia patrimonial desde etapas tempranas.
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Oferta abundante y financiamiento accesible
Ambas inmobiliarias resaltan que la oferta actual juega un rol decisivo. Albamar, por ejemplo, tiene 16 proyectos activos en Lima, todos con áreas comunes como coworking, rooftops, gimnasios y zonas pet friendly, además de certificaciones sostenibles que califican para MiVivienda Verde.
“Hoy existen iniciales accesibles y cuotas flexibles. Esto permite dar ese primer paso sin comprometer todo su presupuesto”, comenta Baquerizo.
En muchos casos, agrega, el equipo comercial debe orientar a jóvenes que no saben que ya califican a un crédito.
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La emoción de comprar también exige cautela
El entusiasmo por comprar antes de los 30 no debe eclipsar los cuidados legales mínimos, advierte Mauricio Cavero, abogado socio del estudio Aramburú, Castañeda & Boero. El especialista recuerda que el comprador primerizo suele cometer errores que pueden traer consecuencias graves.
Entre los riesgos principales menciona la falta de verificación del saneamiento físico-legal, la existencia de cargas o hipotecas, construcciones sin licencia y contratos con cláusulas abusivas.
“Muchos firman sin entender cláusulas clave como penalidades, condiciones de entrega o gastos adicionales”, indica.
Cavero recomienda revisar minutas y escrituras con asesoría legal, exigir copias de licencias y planos, formalizar todo por escrito, revisar la fecha de entrega y las penalidades, y, sobre todo, inscribir la compraventa en Sunarp.
“La normativa peruana ofrece protección sólida, pero solo funciona si el comprador actúa con diligencia”, sostiene.
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¿Seguirá esta tendencia en 2026 y más allá?
Las inmobiliarias consultadas coinciden en que la preferencia por comprar a edades más tempranas seguirá consolidándose. Rondón subraya que los compradores menores de 35 años pasaron de ser el 18% en 2019 a más del 30% en 2024, y en Albamar ya representan más del 40%.
El cambio cultural, sumado a facilidades crediticias, proyectos funcionales y la búsqueda de estabilidad patrimonial, sugiere que el modelo tradicional de alquilar con roommates podría ser reemplazado por un nuevo estándar: independizarse comprando.

Escribo sobre política, economía, defensa y afines. Nueve años contando historias y analizando problemáticas en prensa escrita, radio y televisión.








