
Los protestos de letras, pagarés y otros títulos valores que respaldan el pago de las deudas contraídas por personas naturales y jurídicas crecieron en los últimos meses, siguiendo una marcada tendencia ascendente en el último lustro.
El protesto es un documento que acredita que una obligación ha sido incumplida por parte del deudor, y es anotado en el Registro Nacional de Protestos y Moras (RNPM) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), ¿qué revela esta institución?
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En el 2024, se alcanzaron los 270,870 registros en el RNPM, cifra que revela un incremento 5% en comparación con el 2023. Así, se llegó al número anual de anotaciones más alto desde el 2019.
Letras y pagarés con mora más alta en 5 años, ¿qué empresas sufren más?
Según los analistas entrevistados, esto se explica por los persistentes problemas de impago no solo en el sistema financiero, sino en el ámbito empresarial. La letra, por ejemplo, es un documento que suele ser utilizado entre cliente y proveedor.
Los reportes en el RNPM no solo provienen de bancos y otras entidades de crédito, sino también de las notarías de Lima y provincias (donde se protestan los títulos valores antes de pasar a la CCL) y de las propias empresas que brindan un producto o servicio a otras compañías.
“Todavía hay problemas de atraso (entre los deudores a empresas e instituciones financieras), y esto se va a mantener por buen tiempo todavía”, señaló Walter Leyva, profesor de finanzas de Esan.
Los problemas de incumplimiento se presentan, particularmente, en pequeños negocios de rubros “sensibles” (al crecimiento económico) como restaurantes, confecciones y servicios de transporte, refirió.
“La economía aún no está bien, está en un proceso de recuperación. Sobre todo las mypes no muestran una reactivación, como sí se puede observar en las grandes empresas”, enfatizó Ronald Casana, representante del Colegio de Economistas de Lima.
El economista remarcó también que existen “muchas letras bajo el cajón” de las áreas de tesorería de los negocios, pues -afirmó- por desconocimiento no las protestan, y simplemente esperan a que el cliente pague.

Falta de políticas para financiar a clientes
Casana sostuvo que muchas empresas recién están empezando a utilizar las letras de cambio, como una manera de competir con otros proveedores brindando crédito a sus clientes.
“No todas las compañías tienen un manual de políticas y procedimientos de crédito (para evaluar a la contraparte)”, indicó.
“El aumento (en los protestos) refleja una mejora en la formalización financiera y es resultado de la digitalización de los procesos, el fortalecimiento de la vigilancia registral y las campañas educativas dirigidas a las empresas”, opinó Milagros Longa, jefa del RNPM de la CCL.
Casana agregó que muchas firmas prefieren pagar antes al banco que a su proveedor, pues en el primer caso la información se reporta a la SBS y a las centrales de riesgo. Sin embargo, una anotación en el RNPM también genera perjuicios.
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Consecuencias para el usuario moroso
Cuando se protesta una letra o pagaré, en primer lugar, al deudor se le dificulta el acceso a un nuevo financiamiento, tanto en entidades financieras como con proveedores, explicó Walter Leyva, de Esan.
Asimismo, ese usuario va a ser calificado como de mayor riesgo, por lo que, en caso le aprueben un préstamo, le asignarían una mayor tasa de interés. Es decir, se elevan los costos financieros, sostuvo el docente.
“Los deudores podrían incurrir en costos para su defensa legal si desean llevar demandas contra las entidades financieras o proveedoras en caso se tenga discrepancias sobre los montos de la deuda”, acotó Leyva.
Además, una vez que cumpla con su obligación, el deudor debe pagar una tasa (que va desde los S/ 58) para regularizar la información del documento protestado en el RNPM.

Morosidad en el sistema financiero versus protestos
La morosidad en el sistema financiero peruano se situó en 4% para el cierre de diciembre del 2024, cifra menor en 0.7 puntos porcentuales con respecto al año previo, según la SBS. Ello parece contrastar con el aumento en el número de protestos en el RNPM.
Ronald Casana, del Colegio de Economistas de Lima, explicó que la menor morosidad se debe, en parte, a los castigos que realizan las instituciones financieras en sus carteras. Es decir, eliminan el registro del crédito impago, asumiendo la pérdida.
En otras palabras, la deuda atrasada desaparece, pero no porque haya sido pagada, sino porque se asumió como un gasto irrecuperable.
“La tasa de morosidad es relevante, pero no absoluta, considerando los castigos que se han realizado”, enfatizó el analista.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.