
El superintendente de Banca, Seguros y AFP (SBS), Sergio Espinosa, anunció que se ha creado un comité multidisciplinario interno que ejecutará las acciones necesarias para implementar las finanzas abiertas (open finance) en el país, equipo que cuenta con la asistencia técnica del Banco Mundial.
Así, indicó que se espera presentar un piloto de open finance el próximo año.
La agenda de trabajo del comité contempla la organización de mesas de trabajo con empresas del sistema financiero, fintech y otros reguladores, para recoger opiniones y perspectivas, refirió.
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Destacó que este esquema contribuirá a promover la competencia e inclusión financiera en el país.
“Con las finanzas abiertas, un usuario autoriza a su entidad financiera a compartir su información personal con otra entidad financiera para que le ofrezca nuevos productos y servicios financieros”, explicó.
Este anuncio marca, según expertos, un punto de inflexión en la agenda del sector financiero del país, por lo que es importante entender cómo se encuentra el país, lo que representa para las empresas y por qué deben prepararse.
“El Open Banking es un modelo en el que, con autorización del cliente, los bancos pueden compartir datos financieros a través de interfaces seguras (APIs) con terceros regulados, como fintechs, aseguradoras u otros actores”, define Juan José Hopkins, socio experto en Fintech de CMS Grau.
Su finalidad es promover la innovación en los servicios financieros, aumentar la competencia en el sector y ampliar la inclusión de nuevos usuarios, señaló.
Sin embargo, el Perú aún no cuenta con un marco normativo integral para implementar este proyecto, aunque en los últimos años se han dado pasos importantes. Entre ellos destacan la interoperabilidad de billeteras digitales que permite transacciones (Yape y Plin), los pagos mediante códigos QR y las transferencias inmediatas.
Entre los principales beneficios para los deudores se encuentran el incremento de la competencia en el sistema financiero (tasas de interés más atractivas), el acceso a productos y servicios más personalizados, la ampliación de la inclusión financiera —especialmente en zonas alejadas— y el impulso a la innovación acompañado de una reducción del uso de efectivo.
Pese a ello, Espinosa precisó que una cuestión esencial es que las personas entiendan que no deben tomar un crédito si no lo necesitan.
“A veces reciben propuestas de créditos preaprobados y la tentación está. La pregunta es si necesito o no este dinero, si lo tomo probablemente ingres en situación de sobreendeudamiento”, alertó.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.