Desde la apertura de La Picantería de Héctor Solís, Surquillo ha cambiado radicalmente. Antes considerado un barrio rudo, hoy alberga algunas de las propuestas más interesantes de la gastronomía limeña. Emprendimientos nacidos en el distrito, como Bran Anticuchos, conviven con nuevos vecinos como Cumpa y La Petit France, dando forma a un ecosistema culinario dinámico y diverso.
Surquillo se ha consolidado como un destino gastronómico vibrante, donde el brunch ha encontrado una identidad propia. Desde croissants rellenos hasta sánguches de pejerrey, estos cinco espacios ofrecen propuestas llenas de sabor para quienes disfrutan de esos desayunos prolongados y distendidos que se extienden hasta el mediodía o más allá.
Si bien en el distrito se come bien a cualquier hora —desde un cebiche en Al Toke Pez hasta un contundente sánguche de La Lucha—, el brunch se ha convertido en una excelente excusa para disfrutar de nuevas propuestas gastronómicas que combinan tradición y creatividad.
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Origen del brunch
El brunch tiene sus raíces en la Inglaterra del siglo XIX, cuando la aristocracia organizaba banquetes tardíos los domingos tras la caza. En los años 30, se popularizó en ciudades como Nueva York y Chicago, donde se convirtió en un ritual de fin de semana que fusiona lo dulce y lo salado, acompañado de café, jugos y cócteles ligeros como la mimosa o el bloody mary.
En el distrito limeño de Surquillo, este fenómeno ha sido reinterpretado con identidad local. Aquí, cinco opciones que llevan el brunch a otro nivel.
El concepto creado por Héctor Solís para la hora del almuerzo —elegir un pescado entero y aprovecharlo en diversas preparaciones— es exitoso, pero también lo es su carta mañanera. Desde las 11 a. m., su propuesta de brunch destaca por sus contundentes sánguches. Son imperdibles el sánguche de playa, con pescado frito, mayonesa de oliva y pan baguette de la casa; el mexicano, con guacamole y asado de tira mechado; y el icónico Rollin’ Stone, con lengua de ternera a la parrilla, mayonesa de olivo y baguette. Se pueden complementar con una jugosa tortilla, ostras al natural o almejas a la chalaca. Para beber, nada mejor que un bloody picantero, con tomate, jugo de cebiche, pisco y pimienta negra.
Dirección: Francisco Moreno 388, Surquillo.
Ubicado en el corazón de Surquillo, Cumpa Taberna Criolla rinde homenaje a los sabores del norte del Perú con un toque casero y acogedor. Creado por el chef Renzo Miñán, su brunch es generoso y reconfortante. Destacan los huevos Cumpita, con papas hashbrown y una huancaína aterciopelada con el punto exacto de picante. También hay sánguches de pejerrey, salchicha huachana y una butifarra de la casa. Para los amantes de lo dulce, los churros rellenos de manjar casero y las tostadas francesas con masa de loche y queso crema son un cierre perfecto.
Dirección: Jirón Colina 1127, Surquillo.
Lo que comenzó en redes sociales como un emprendimiento se convirtió en una pastelería británica con un encantador local en este distrito. Fundada por Kristopher Collins y Francis Moscoll-Chávez, su carta ofrece delicias clásicas como scones, Victoria sponge y banoffee. Para el brunch, la estrella es el scone de tocino y queso, un giro salado del tradicional panecillo inglés. También destaca el coronation sandwich, el icónico sánguche servido en la coronación de la reina Isabel, con una ligera salsa de curry. Para cerrar con broche de oro, nada como el elegante Victoria Sponge, con bizcocho esponjoso, mermelada de fresa artesanal y buttercream.
Dirección: Calle Santa Rosa 147, Surquillo.
Este rincón parisino ofrece un brunch refinado y delicioso. Entre los imprescindibles están el croque monsieur, con bechamel, jamón campestre, queso andino y bel paese; y el sándwich de roast beef, servido en baguetino con mozzarella derretida, mostaza Dijon y cebolla caramelizada. También hay quiches de poro, queso con cebolla y caprese; además de una exquisita selección de crepes y postres franceses como éclairs, profiteroles y tartaletas.
Dirección: Gonzales Prada 599, Surquillo.
Más que una cafetería, Oriunda es una experiencia sensorial. Con una estética cuidada y vegetación exuberante, es la favorita de los influencers; sin embargo, su verdadera fortaleza está en la calidad de su café orgánico de Amazonas y su propuesta saludable. Destacan la tosta coqueta, con pan multigrano, palta en rodajas, cebolla salteada y tomates cherry; los waffles de los Andes elaborados con cereales andinos; y las tostadas francesas con brioche artesanal. Para finalizar, el cake de blueberries —con bizcocho de vainilla, yogur griego y arándanos frescos— es una delicia imperdible.
Dirección: Ricardo Palma 240, Surquillo.
Con esta selección, Surquillo demuestra que su oferta gastronómica va mucho más allá del almuerzo y la cena. El brunch en este distrito no solo es una excusa para desayunar tarde sino una celebración de la mejor carta de presentación que tiene el Perú: su variedad culinaria.
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